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Hacia Marte, pasando por España
El futuro de la humanidad en Marte es cada vez más factible científicamente. Además, gran parte de la supervivencia del ser humano en el Planeta Rojo depende de la viabilidad del proyecto Melissa, que se está llevando a cabo en España.
Marte es un planeta aún por descubrir
“Generar el proceso vital de organismos pluricelulares en un espacio sin gravedad y sin las más mínimas condiciones de vida microorgánica”. Así se define el proyecto Melissa. Un proyecto que se está llevando a cabo en Barcelona y que pretende replicar y optimizar el proceso de crecimiento de organismos pluricelulares en condiciones completamente desfavorables para poder poblar Marte de materias primas funcionales, es decir, material biológico: oxígeno, agua y alimento.
El sistema Melissa se basa en la conformación y conservación de soportes de vida básicos, de hecho, en la Estación Espacial Internacional ya se están utilizando sistemas de soporte de vida pero son parciales y basados en reacciones fisicoquímicas, no en evoluciones orgánicas “naturales”. En Marte se desconoce si hay vida.
Marte y el proyecto Melissa
El ciclo de MELiSSA consta de cinco reactores inspirados en cómo funciona un lago terrestre. “Los ecosistemas naturales han llegado al equilibrio tras siglos de evolución, nosotros usamos modelos matemáticos, y los últimos avances en ingeniería y tecnología para lograrlo”, afirma el director español subrayando la importancia de contar con un equipo multidisciplinar de científicos y trabajadores.“El primer reactor es el más complejo de todos”, explica el investigador Ernest Milián quien trabajó el último año en poner a punto esta pieza del sistema. El primer paso del sistema busca reciclar los residuos de los astronautas (heces, orina y papel de váter) y las partes no comestibles de los vegetales mediante bacterias que trabajan a altas temperaturas. “El handicap de este paso es que aún desconocemos que combinación de microorganismos es la más eficiente”, explica el científico desde el National Research Council de Canadá.
El producto de degradación de este compartimento pasa al siguiente, que está compuesto por algas rojas y genera el amoníaco que en el tercero unas bacterias transformarán en nitritos y nitratos. “Este nitrógeno es el alimento de los reactores fotosintéticos, el 4a con microalgas y el 4b con plantas. Estos generan oxígeno y biomasa, es decir, alimento”, detalla Milián. El quinto reactor es la tripulación y con estos, la vuelta al inicio de todo el proceso